Starbucks, la marca de café más conocida del mundo, lleva años interesada por el ecologismo, la sostenibilidad y otras formas de responsabilidad corporativa. Esta filosofía se hace evidente en la cafetería Starbucks de Seattle, edificada con contenedores marítimos reciclados.
Esta construcción fue ideada por el equipo de arquitectura interno de la marca. De hecho, se pensó como un prototipo experimental para estudiar una posible implementación en futuros puntos de venta de la cadena.
La construcción está compuesta de cuatro contenedores marítimos que anteriormente se usaron para transportar el té y el café que comercializa Starbucks en Estados Unidos.
Los contenedores fueron apilados hasta formar una estructura de dos niveles que acoge la cafetería y las diferentes salas de personal. Además cuenta con un servicio para coches o drive-thru.
Starbucks: Reclamation Drive-Thru
Utilizar un contenedor de transporte para una cafetería Starbucks tiene todo el sentido del mundo, dada la misión y los objetivos de sostenibilidad actuales de la marca. Esta cafetería, llamada Reclamation Drive-Thru, nace del deseo de crear un nuevo tipo de cafetería ecológica.
Como casi todas las empresas, Starbucks utiliza contenedores marítimos para abastecerse y/o distribuir productos por todo el mundo. Así que parece bastante apropiado que decidieran utilizar estos mismos contenedores para construir una cafetería.
Estos contenedores suelen desecharse al final de su vida útil, por lo que Starbucks quería ayudar a reducir el flujo de residuos de su cadena de suministro mediante una reutilización creativa y efectiva.
El diseño sostenible
Starbucks se decantó por la idea de utilizar cuatro contenedores para la cafetería, más un quinto contenedor utilizado como almacén y centro de recogida y reciclaje de basura.
La planta baja tiene forma de L gracias a la unión de dos contenedores: un contenedor completo de 40 pies de largo y un contenedor recortado de 16 pies para el tramo corto. Encima hay otros dos contenedores de 12 metros, uno de los cuales cruza el carril de autoservicio y se apoya en vigas de acero.
El tamaño medio de un Starbucks tradicional en Estados Unidos es de unos 1.700 metros cuadrados, pero para este proyecto los diseñadores redujeron esa cifra considerablemente.
El objetivo de sostenibilidad no se limitó a técnicas de construcción alternativas, sino también a minimizar el tamaño de la cafetería y hacer que cada metro cuadrado y cada material contaran.
Para reducir tanto el espacio, eliminaron la zona interior de asientos. Un cambio tan poco tradicional exigía a los diseñadores que el espacio que quedaba fuera atractivo y útil. Por ello, crearon un lugar en el que los clientes pudieran relajarse y conversar al aire libre mientras apreciaban el diseño del edificio contiguo.
Así quedó una superficie de 448 metros cuadrados brutos, en la que los diseñadores pudieron crear un espacio de trabajo para tres baristas y su equipo, además de la zona necesaria para el almacenamiento de material.
Conseguir ser más ecológicos
Los dos contenedores de la segunda planta no añaden superficie a la cafetería, pero tienen una función. Desde el punto de vista del marketing, estos contenedores hacen que la tienda sea el doble de alta y reconocible desde más lejos, al tiempo que sirven de lienzo para el logotipo de Starbucks y un mural creativo.
Desde un punto de vista más funcional, se cortaron los dos extremos de cada contenedor superior y se sustituyeron por una intrincada pantalla metálica que deja pasar el aire a través del cuerpo del contenedor. Los equipos de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) de estos contenedores elevados están a la sombra del sol y reciben abundante aire fresco a través de las rejillas de ventilación de los extremos.
Para facilitar aún más el control climático, los constructores utilizaron espuma en spray de célula cerrada a base de soja para aislar los espacios ocupados. Junto con la sombra proporcionada por los contenedores superiores, los contenedores altamente aislados tienen un consumo de energía muy razonable que ayuda a minimizar el gasto energético y hace de esta cafetería una construcción aún más ecológica y sostenible.
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