La crisis de la Covid-19 puso de manifiesto la importancia de la logística para asegurar la continuidad de las industrias más esenciales. En especial destacó la logística del frío y el uso del reefer, demostrando ser fundamentales durante los meses más difíciles de la pandemia.
El reefer, un esencial para alimentos y medicamentos
Uno de los problemas más grandes que ha enfrentado la industria alimentaria durante la pandemia ha sido la interrupción de la cadena de suministro.
Muchos trabajadores de plantas de procesamiento y transporte de alimentos se vieron obligados a dejar de trabajar debido a la propagación del virus. Esto supuso una reducción de la producción y la escasez de ciertos productos en las tiendas.
Al haber carencias en la cadena de suministro, los comercios tuvieron que cambiar su logística de compras y aprovisionamiento y para ello emplearon soluciones móviles y/o provisionales de refrigeración. En especial se utilizaron cámaras frigoríficas portátiles debido a sus múltiples ventajas.
Asimismo, los contenedores refrigerados portátiles también fueron útiles para transportar equipo médico y otros suministros esenciales durante la pandemia a zonas de difícil acceso (incluido transporte aéreo) y a puntos calientes en ciudades, además de hospitales y centros de vacunación móviles y fijos.
Los reefers fueron cruciales para transportar de forma segura y eficiente equipos de protección, suministros médicos, vacunas y medicamentos, entre otros, asegurando que llegasen en buenas condiciones a su destino final o que se conservaran adecuadamente en destino, puesto que la viabilidad de algunas vacunas fuera de cámara era de sólo un día.
Un elemento clave en la sobresaturación de las funerarias
La cadena de suministros no fue el único servicio que se vio afectado durante los meses de pandemia. Con un número de decesos significativamente más alto de lo normal, muchos servicios funerarios se vieron sobresaturados y tuvieron que buscar maneras de hacer frente a la falta de instalaciones para la preservación de los cuerpos. En este contexto, los reefer demostraron ser una herramienta valiosa.
Durante los meses más duros, muchas instituciones, tanto sanitarias como destinadas a servicios funerarios, que se encontraban desbordadas, recurrieron a los contenedores frigoríficos para almacenar cuerpos de manera temporal mientras se esperaba realizar el servicio fúnebre.
En resumen, las cámaras frigoríficas portátiles demostraron ser una herramienta esencial durante la pandemia. No solo permitieron mantener la seguridad alimentaria y garantizar la continuidad de la cadena de suministro, así como transportar equipo médico y otros suministros esenciales de manera segura y eficaz, sino que también fueron elementos de control y prevención de riesgo sanitario y ayudaron a los servicios funerarios que se encontraban sobresaturados por una situación inesperada.
Un desbridamiento para diferentes sectores
Esta situación ha visibilizado el reefer no sólo como a un instrumento de transporte, sino para múltiples usos, dándolo a conocer en sectores que no conocían la cámara frigorífica portátil como una herramienta valiosa, flexible y adaptable a muchos usos.
Industrias como la alimentaria, la del esquí o nieve, la de las flores, sanidad y medicamentos, la fabricación de hielo, el sector de geriatría o la organización de eventos han descubierto en el reefer una herramienta de gran valor llena de posibilidades.
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